Muchos de nosotros, en un esfuerzo por prolongar la vida útil de los alimentos, habitualmente colocamos los huevos en el refrigerador. Sin embargo, los expertos advierten que esto podría ser un error fatal que conduzca a un deterioro en la calidad del producto. Veamos por qué no debes guardar huevos en un espacio refrigerado.
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En primer lugar, los huevos tienen sus propios mecanismos de defensa naturales. La piel que recubre la cáscara contiene ceras y proteínas naturales que ayudan a mantener la frescura y protegen contra los microorganismos. Cuando los huevos se colocan en el refrigerador, la temperatura y la humedad afectan esta cáscara protectora, lo que puede provocar una pérdida de humedad más rápida y un deterioro de la calidad.
Además, almacenar los huevos en el refrigerador puede provocar que se autodestruyan y que crezcan bacterias en la cáscara. Cuando las temperaturas cambian, como cuando sacas los huevos del refrigerador y los dejas a temperatura ambiente, se crea condensación que favorece el crecimiento de bacterias, lo que es especialmente peligroso.